Bleach Shattered Blade: metanálisis

...hubiese sido mejor el centrarse en el clásico modo historia de estos juegos que se limita a narrar combate por combate los hechos acontecidos en la serie... ya que al menos tendríamos la satisfacción de revivir los combates del manga original, y no una historia tan floja que no está si quiera a la altura de las tramas del “relleno” de la serie. Uno de los grandes aciertos del juego es el amplio número de personajes jugables.

De nuevo nos volvemos a encontrar con un juego que sonoramente no tiene nada que ver con la serie, con melodías creadas especialmente para la ocasión y que a duras penas son una sombra de las del anime. Pero eso no es todo, ya que para acabar de fusilar el apartado sonoro, no tendremos la opción de escoger el idioma de las voces de nuestros protagonistas, teniéndonos que limitar a escuchar a Ichigo y compañía con sus voces americanas, que aunque no son malas, no tienen el mismo nivel que las japonesas. A nivel gráfico será donde no encontraremos ninguna pega. Como viene siendo habitual, el cell shading será el principal protagonista, aunque en esta ocasión nos encontraremos con un efecto “dibujo a lápiz” en los personajes que les dará un toque más tradicional y muy parecido a lo ya visto en el genial Okami. Todo un acierto que le hace ganar en personalidad... el gran “pero” llegará en las escenas intermedias. Lo mínimo en esta ocasión hubiese sido incluir videos anime como en la serie, o en su defecto escenas creadas con el motor del juego.

Enésima demostración del maltrato que recibimos los occidentales por culpa de las licencias del manga y el anime respecto a los videojuegos basados en ellos. Tener que disfrutarlo en 2008 cuando los japoneses llevan con él desde el primer día de lanzamiento de Wii, debido a que el anime y el manga de Tite Kubo no han estado licenciados en nuestras tierras hasta hace bien poco, hacen que un juego que podría pasar por aceptable hace más de un año, a día de hoy consiga un aprobado justo y por los pelos. Lo malo es que el retraso europeo no es el único inconveniente que nos encontraremos al ponernos delante del juego, ya que su jugabilidad extremadamente poco profunda y repetitiva, y los pocos alicientes que un seguidor de Bleach pueda encontrar en un juego sin el doblaje y banda sonora original , y con una historia insulsa y que no se corresponde con la de la serie, son un gran lastre para la mayoría de compradores potenciales del juego.

Estamos ante un título que en realidad no será recordado en las próximas generaciones por sus alabanzas gráficas o jugables, aunque sí que es una buena introducción del mundo de Bleach a la nueva generación, o al menos lo era cuando el juego fue lanzado en Japón, poco después del lanzamiento de la consola, ya que ahora el título queda como desfasado, anticuado, y más teniendo en cuenta que hace nada salió la tercera parte de los Budokai de Dragon Ball, una alternativa perfecta para los aficionados al anime, y que en unos meses nos llegará el esperado Smash Bros Brawl. No obstante, no deja de ser un juego curioso para aquellos que quieran controlar a los shinigamis con su propio Wiimote y, sobretodo, para los seguidores del manga de Tite Kube.

La historia del juego, o por lo menos su concepto y planteamiento, es de lo mejorcito del producto. No adapta algún arco argumental de la serie, sino que presenta un guión totalmente nuevo. Por desgracia, y aunque el modo historia guarda el interés de ver qué ocurre en los finales, no es profundo y cuenta con un nefasto desarrollo argumental. Salvo varias escenas conversacionales (mayormente al principio y fin de la historia), lo único que haremos será cruzarnos cuatro palabras con nuestros rivales. Ni veremos secuencias de animación, ni presenciaremos escenas de ningún tipo más allá de las amenazas habituales en juegos de lucha al uso. Esto provoca que, además, el modo historia sea excesivamente corto (30-40 minutos como mucho), aunque siempre queda la ventaja de acabarlo todas las veces necesarias para desbloquear los elementos ocultos del título.

El sistema de juego de “Bleach: Shattered Blade” no es totalmente un “menea-wiimote”, pero no se aleja demasiado de ésta mecánica. Los combates son rápidos (rapidísimos más bien), y sólo cuentan con un round, por lo que conviene emplearse a fondo desde el comienzo.

“Bleach: Shattered Blade” llega tarde, muy tarde. En 2006 todavía podría haber sido un juego espectacular y que causara interés por la falta de alternativas disponibles dentro del género. Ahora su jugabilidad está caduca, y el apartado técnico hace aguas en comparación a otros productos que han llegado recientemente al mercado. Gustará, eso sí, a los fans más acérrimos de la licencia, y a los jugadores que prefieren no complicarse aprendiendo los complicados movimientos de los juegos de lucha tradicionales.

Los modelados de personajes y las transformaciones no están mal, el resto... Al igual que a Ichigo, aún le queda mucho por mejorar. El modo historia es bastante soso y se echan en falta más opciones de juego... Lo salva del desastre un buen número de personajes. Luchar con los shinigamis es divertido, pero muy impreciso por culpa del control. Puede resultar especialmente frustrante para jugadores muy exigentes. El juego se ha adaptado muy ingeniosamente al mando de Wii, y destaca en el catálogo de la consola, aunque tampoco es revolucionario. Para los fans tiene grandes aciertos, pero también fallos considerables.

Conclusión: Sólo se puede recomendar el juego a los inteligentes fans de la serie e incondicionales al género y a los aficionados a los juegos de lucha - con poco donde elegir en Wii -.

Nos encontramos ante un título que toma como base el tirón de una serie de animación japonesa basada en el famoso manga de Tite Kubo. Combates con espada, sencillos e interesantes controlando a personajes de la saga. Su principal problema es que el control acaba por hacerse repetitivo una vez que descubrimos que la sencillez e intuición que tanto agradan en el primer contacto, acaban por resultar poco profundos. Cuenta con un buen nivel técnico y un buen número de personajes. Hubiese sido perfecto con un control más completo, y con un apartado sonoro más acorde con lo visto en la serie de animación. No obstante los fans de la saga no se sentirán decepciondos y de seguro disfrutarán jugando con sus héroes.

El mayor inconveniente del juego es la excesiva simplicidad con la que se ha planteado. Con unas cuantas acciones fáciles podremos ejecutar la práctica totalidad de los movimientos. Olvídate de los combos de golpes y las medias lunas, aquí utilizaremos los movimientos del Wiimote y el Nunchuk a la vez que pulsamos algún que otro botón. La idea no es mala y se puede tomar como una gran innovación, pero el problema es que está mal implementada. La primera toma de contacto con este título de Bleach es muy favorable. Buenos movimientos, agitas el Wiimote y fácilmente puedes ejecutar los mejores ataques en pocos minutos, lo que da como resultado unas peleas espectaculares. El problema viene cuando, tras unas cuantas partidas, te das cuenta de que el juego ofrece poco y que además se hace repetitivo. Todos los personajes se controlan de la misma manera y responden igual a tus movimientos. La única diferencia es el zanpakuto que utilizas.

Como ya es habitual en los títulos basados en animes, este Bleach cuenta con un apartado gráfico cel-shading que, dicho sea de paso, está a la altura de las circunstancias. Los luchadores están recreados con gran calidad y sus movimientos especiales, sobre todo los Bankai, son de gran espectacularidad y cuentan con unos efectos de iluminación bastante logrados. Los escenarios, sin embargo, quedan algo deslucidos, presentan poca vida y son una mera comparsa, ya que no influyen absolutamente nada en la jugabilidad. En cuanto al apartado sonoro, es criticable y más pensando en los aficionados la ausencia de las voces en japonés así como la de la música original de la serie. Es una auténtica lástima, teniendo en cuenta la gran calidad de la banda sonora del anime.

Bleach: Shattered Blade es un título con una premisa sencilla que gustará a los aficionados de la serie y a los jugadores menos habituales, pero que decepcionará a los asiduos a los títulos de lucha. Su mecánica simple divertirá a algunos, pero a medio plazo da como resultado una falta de profundidad que desdibuja un título que podría haber sido mucho mejor si se le hubiera dedicado más tiempo.