Viking Battle for Asgard: metanálisis

The Creative Assembly ya había demostrado su maestría con la excelente serie Total War para PC, y se había atrevido, ya dentro de Sega, a desarrollar un juego de acción bajo el título de Spartan: Total Warrior, dejando patente la ligera variación con respecto a sus títulos estrella. Viking comparte con este último algunas características, pero se nota que se ha tomado buena nota de los errores presentes en él para mejorarlos y pulirlos en este nuevo título.

Viking es uno de esos títulos que pasan bastante desapercibidos antes de su lanzamiento, pero que luego resulta que esconden mucho más de lo que se podía ver a simple vista. Largo, extenso, atractivas secuencias de vídeo con dibujos muy estilizados, bello y cuidado visualmente, completo y complejo sistema de combate, estrategias de infiltración por preparar, grandes batallas con dragones involucrados, y todo sin ni un solo tiempo de carga.

Se le podrían achacar errores, claro está, como la falta de mayor profundidad en el sistema de infiltración, por ejemplo, alguna animación algo tosca, que no haya más misiones secundarias, o que su sistema pueda llegar a aburrir. Pero nada de esto entorpece de forma importante la experiencia central de Viking, un título cargado de acción, muy completo y atractivo para los amantes del género. Posiblemente, de los mejores en su estilo de lo que va de generación.

El nuevo título de Creative Assembly - los creadores de Total War - para consolas de nueva generación, mezcla varias ideas, unos escenarios abiertos con combate salvaje, toques de sigilo y batallas a gran escala, retándonos a salvar el mundo de Midgard de las huestes de la reina del inframundo, Hel. Esta interesante mezcla de ideas ha resultado entretenida, aunque queda lejos de destacar entre el poblado catálogo de juegos de acción de la nueva generación.

Viking es un buen juego de acción, con algunas buenas ideas, pero que por aplicarlas demasiado tímidamente o, en el caso de las batallas, no demasiado, no acaba de destacar ni por lo que innova ni por cómo hace lo que tradicionalmente se espera de un juego de estas características. Su sistema de combate, por muy variados que sean los fatalities, puede acabar haciéndose monótono, y más allá de las tres islas que liberar, no ofrece mucha más duración. Es un buen juego de acción y una nueva muestra del potencial de Creative Assembly en este género, pero está lejos de posicionarse entre los grandes del género.

Si fuera una comida diríamos que, aún estando buena, la tenían que haber dejado un poco más en el horno. Hay bastantes detalles que se podían haber pulido para hacer de “Viking: Battle for Asgard” un juego aún mejor, pero se han conformado y en ciertos aspectos los desarrolladores han acudido al recurso fácil. No obstante, no deja de ser un producto 100% recomendable, excepto claro para los que no tengan estómago para la violencia explícita y descarnada. El subtítulo (Batlle for Asgard) hace pensar que se piensa en una secuela donde ampliar la historia y pulir ciertos aspectos. Hasta entonces los poseedores de una consola next-gen pueden alegrarse de contar con un título que funciona y que te empuja a jugar hasta el final.

Total War. Dos palabras que significan mucho para todos los aficionados de la estrategia. Una saga de videojuegos que ha sido durante años una marca de calidad ineludible en Pc, y que han consagrado a sus creadores como auténticos gurús de los RTS.

Sin embargo, aparte de adorar la táctica y la gestión, en Creative Assembly también dan rienda suelta a su gran pasión por las batallas de la antigüedad con otros videojuegos. Al competente Spartan Total Warrior se suma en esta ocasión Viking, un título muy superior en todos los sentidos. Battle for Asgard triunfa en su intención de ofrecer una gigantesca aventura de acción, con cuidadas dosis de libertad y unos excelentes valores de producción.

Viking es, en definitiva, un juego con muchas variantes y posibilidades. Las primeras horas pueden ser desconcertantes, e incluso algo tediosas, pero conforme pasemos el tiempo con él nos daremos cuenta de que estamos ante un juego que gana muchos enteros según hacemos progresar a nuestro personaje. El estilo “libre” no resulta tan brillante como cabía esperar y esto se debe, fundamentalmente, a que no hay demasiadas cosas que hacer en los escenarios y a que el cumplimiento de la totalidad de las misiones es casi obligado si queremos avanzar de nivel.

Cualquier novedad en el género de acción y aventuras es bienvenida, y un lanzamiento ambientado en la era vikinga y con cierta sensación de libertad es realmente atractivo en los tiempos que corren. Viking queda en suma como un videojuego que se ha acercado mucho a lo que pretendía lograr, y al que sólo le ha faltado el “empujón final”. Buenos gráficos, rápido y accesible control del personaje y una campaña larga y repleta de posibilidades son los grandes titulares de Battle for Asgard. Muy recomendable para quienes están empalagados de shooters.

The Creative Assembly son los brillantes desarrolladores del enésimo intento de crear una experiencia bélica masiva. Compañía británica que surgió a principios de los noventa, haciendo conversiones de PC a otras plataformas como el Amiga y el ZX Spectrum. Tras sus grandes comienzos en los juegos de estrategia para PC, donde la saga Total War es una institución con sus variantes Medieval, Rome y Shogun, dieron el paso a las consolas tras su adquisición por parte de Sega por un valor cercano a los 30 millones de dólares. Dicho binomio provocaría que la estrategia se tornase en acción pura y dura en su primer título desde la absorción: Spartan: Total Warrior.

Lo cierto es que al principio muestra buenas sensaciones, un pueblo con habitantes que te propondrán misiones y grandes extensiones para explorar, pero al comenzar la segunda isla nos daremos cuenta que estamos haciendo lo mismo que antes… en el mismo escenario. Es un juego muy entretenido, pero se ha quedado corto en su propuesta; ni apuesta totalmente por las batallas multitudinarias ni tampoco por la aventura y el rol, quedándosese a medio camino en ambos sin satisfacer ninguno. Si esperas un tipo de juego en concreto, quizás pueda decepcionarte, en más complejo que Dynasty Warriors y más simple que Fable. Sus largas caminatas por los escenarios pueden provocar cortes en el ritmo del juego y la infiltración está poco depurada. Pero divierte, que es lo principal. Cojea en la duración, ya que al terminar no desbloquearemos nuevos personajes (sólo dispondremos del bueno de Skarin como personaje seleccionable) para rejugar la aventura, ni tampoco podremos volver a revisitar las islas que hemos dejado atrás, para hacerlo tendremos que empezar una nueva partida. Tampoco en los logros propios de la Xbox 360 podremos alargar su duración, ya que si buscas las calaveras ocultas en las ciudades y acabas con el último enemigo sin que te mate, obtendrás prácticamente los 1000 puntos que tiene el juego para desbloquear.

Tras el buen comienzo, empieza la reiteración de situaciones, perdiendo el juego gran parte de su encanto, el poco reto que resulta el nivel más alto de dificultad junto a la poca longitud de su único modo de juego (unas 10-12 horas si cumplimos todas las misiones secundarias) provoca cierta decepción. Queda la sensación de dejadez en la parte final de su gestación, poco equilibrado. Por ejemplo, después de comprar todas las habilidades y runas me ha sobrado una cantidad de oro inaudito y que no sirve para nada, como si no hubiese sido bien probado y acotado en cuanto a sus posibilidades. A pesar de lo que puedan indicar estos fallos mencionados, se trata de un juego divertido, que desilusiona comprobar como no ha explotado su potencial, pero que entretiene el tiempo que dura, y eso siempre es una buena noticia.