Vancouver 2010: metanálisis

Olimpiadas bajo cero.

Un título que acierta en algunos aspectos, pero falla en otros. A parte de un más que notable apartado gráfico y de un empeño por parte de Sega de ofrecer un buen juego basado en este género tan explotado, no podemos negar deficiencias evidentes en el planteamiento del propio título. No hay una conexión clara entre los diferentes eventos, no sentimos que estamos participando en una Olimpiada. Como pruebas deportivas independientes podría funcionar; es más, hay modalidades realmente trabajadas. Pero como producto global no convence. No hay la emoción de la competición que se presupone en unos Juegos Olímpicos. Todo es muy plano, muy simple. De esta manera, el título de Sega podrá convencer a los fanáticos de estos deportes de invierno. Pero como éxito de ventas lo tendrá difícil por un planteamiento demasiado sencillo.

Vancouver 2010 es un título que podría haber dado más juego si la desarrolladora no hubiera recortado algunas disciplinas deportivas que no encontramos en el título y que hubiera dado más variedad a un título que peca de poco profundo y falto de variedad. Las pruebas tendrán lugar en los mismos circuitos o recorridos, las distintas variedades dentro del esquí, snowboarding y trineo serán muy similares entre sí y no supondrán ningún reto para el jugador, pues con tres intentos ya dominará a la perfección cada una de las técnicas pudiendo conseguir sin ningún tipo de apuro la ansiada medalla de oro. La personalización del deportista es inexistente, así como la emoción y la sensación de estar luchando por una medalla de mucho valor, restando realismo a un título que pretende alardear de él y que solamente lo consigue por medio de la cámara en primera persona y los cuidados escenarios. En definitiva, este título de Eurocom es recomendable para todo aquel poseedor de PC, Xbox 360 o PlayStation 3 que sienta pasión por el género y disfrute descendiendo a toda velocidad por las pistas de esquí, solo o a través de internet.

Vancouver 2010 es un juego correcto sobre esta competición pero al que le falta algo más de ambición. Su desarrolladora, la británica Eurocom (no confundir con el famoso evento de videojuegos, por favor), realizó un mejor trabajo con el juego de las pasadas olimpiadas de Beijing y aquí parece que se han relajado un poco. Las 14 pruebas son escasas en número pero han sido bien trasladadas a nivel visual. Ahora bien, la forma de jugarlas peca de ser demasiado simple. Superar las marcas es el principal reto del juego y ello requiere una precisión que a veces choca con unos controles tan limitados. Nuevamente, resulta irónico que el juego de Mario & Sonic en los Juegos Olímpicos de Invierno sea un mejor título sobre este evento.

Vancouver 2010 es un aceptable videojuego de deportes, al que le ha faltado profundidad en cada prueba y una mayor variedad en las disciplinas. Por lo demás es un título que nos deparará una razonable diversión a corto plazo si lo disfrutamos con amigos, pero que será de muy poca utilidad si lo jugamos en solitario dada la ausencia de un modo carrera.

No mucho deporte y menos diversión. Eurocom han tenido tiempo más que de sobra para crear un buen juego desde entonces, pero ¿han aprovechado esta segunda oportunidad? Vancouver 2010 se deja en el tintero la mitad de las pruebas olímpicas de invierno y que justamente tampoco es que destaquen en cantidad, así que es un juego que se queda corto a las pocas partidas.

Si además de falto de ideas, con una presentación parca en detalles y con una total ausencia de variedad y personalidad, sumamos que los gráficos van al nivel justo, que la sensación de velocidad está al mínimo, que la música es más que mejorable y que la motivación que te ofrece el juego para seguir intentándolo es nula (léase trofeos/ logros y marcas personales) tenemos como resultado un título que no alcanza ni la cota de la mediocridad.

Bueno, pero poco. Esta sería la oración que mejor condensaría mi opinión acerca de Vancouver 2010. Realmente es un producto muy cuidado, ya solo con ver el esmero que se ha destinado a los menús por parte de los chicos de Eurocom o los escasos tiempos de carga que luce el juego denotan que no es un titulo hecho con prisas para aprovechar el tirón de la licencia, como puede suceder con otros juegos de películas o eventos pasajeros. Una vez probado durante un par de horas te das cuenta de que el juego cumple sobradamente e incluso te sorprende en muchos aspectos, dentro de los límites que puede un arcade de este tipo.